Mi fascinación con el Perú comenzó desde hace muchos años. Desde pequeño miraba fotos, libros y documentales acerca de su incomparable encanto y misticismo andino que, en ese momento, solo atestiguaba a través del papel y un monitor de computadora. Las mujeres en Cusco visten ropa típica en las calles como parte de su cultura y así llamar la atención de los turistas. Misticismo que hoy, con total convicción, confirmo, porque finalmente he vivido la experiencia de caminar por las calles de Cusco, Aguas Calientes, Lima, Miraflores, y el extraordinario Machu Picchu, una de las nuevas siete maravillas del mundo moderno. Algunos destinos turísticos no necesitan muchas descripciones, ni palabras, ni gestos que ayuden a transmitir un sentimiento de encanto. De así hacerlo, se estaría ya influyendo de manera sugestiva creando o influyendo en una opinión o sentir en la otra persona que merece ser experimentado por ella misma. Basta con simplemente
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